Karin Fleischer

Karin Fleischer

Mag. Psicología clínica

karinflei@hotmail.com Perfil de Facebook

Psicóloga clínica (Universidad de Buenos Aires). Analista Junguiana (IAAP). Analista didacta, supervisora clínica, y miembro fundador de la Sociedad Uruguayo Argentina de Psicología Analítica (SUAPA), y de la Asociación Argentina de Piscología Analítica (AsAPA).

Está actualmente en el comité ejecutivo de CLAPA – Comité Latinoamericano de Psicología Analítica (directora de la subcomisión de Comunicación) (2018-2020) y (2021-2023), y ha sido recientemente elegida como Presidenta electa para el siguiente período (2024-2027).

Maestría en Danza Movimiento Terapia de la Universidad de California, East Bay, Estados Unidos. Fue co-creadora, y co-directora, y docente de la Maestría en Danza Movimiento Terapia de la UNA (Universidad de las Artes). Desde principios de los 90 se ha formado en Movimiento Auténtico – Imaginación Activa en Movimiento, con Janet Adler y Joan Chodorow, ambas pioneras y referentes internacionales de esta práctica, y desde el año 2000 ha introducido Movimiento Auténtico en Argentina y Latinoamérica, brindando seminarios, nacional e internacionalmente durante los últimos veintitrés años. Ha realizado seminarios de Movimiento Auténtico en contextos naturales, explorando la dimensión ecológica del self.

Ha sido profesora en Universidades Nacionales de cursos de grado y posgrado en Psicología Analítica. Docente invitada a la formación de analista Junguiano en SUPA (Sociedad Uruguaya de Piscología Analítica), Uruguay, en la (SCPA) Sociedad Chilena de Psicología Analítica), y en la formación del programa de Routers, Grupo de Desarrollo de Ecuador.

Colabora actualmente con el proyecto #WUJ en apoyo a los analistas de Ucrania afectados por la guerra.

Ha participado en el Comité Organizador de Congresos Latinoamericanos de Psicología Analítica (Buenos Aires, 2015; Bogotá, 2018; Montevideo, 2023), del Congreso Internacional de Piscología Analítica (Buenos Aires, 2022), y en el Comité Científico de la Conferencia del Journal de Psicología Analítica (Sao Paulo, 2021).

Ha presentado trabajos en Congresos Latinoamericanos (2006, 2009, 2018, 2024) e Internacionales (2021, 2023). Algunos de estos trabajos han sido posteriormente publicados en el Journal of Analytical Psychology.

Sus publicaciones incluyen artículos, revisión de artículos y capítulos de libros vinculados a temáticas de trauma temprano, trauma colectivo, disociación, y una perspectiva somática en el trabajo clínico Junguiano.

• “The symbol in the body: the un-doing of a dissociation through Embodied Active Imagination in Jungian analysis.” (2020) Journal of Analytical Psychology, 65:3, 558–583

• “At the train station: the self suspended in collective trauma. Symbolic analysis with victims of childhood trauma caused by state terrorism.” Journal of Analytical Psychology (2022), 67:1, 130-144.

• “Collective Trauma, Implicit Memories, the Body, and Active Imagination in Jungian Analysis.” Journal of Analytical Psychology, (2023), 68, 2, 1–21

• "The origin and history of Embodied Active Imagination: Authentic Movement through the life and work of its early pioneers.” Capítulo de libro sobre Imaginación Activa, editado por Chiara Tozzi, de próxima publicación en Routledge.

• “Embodied Active Imagination in clinical work: the recovery of psychological functions interrupted by collective trauma in early development.” Capítulo del libro War as Reset, editado por Stefano Carpani, de próxima publicación en Routledge.

Trabaja en clínica de adultos (en modalidad presencial y online), integrando la perspectiva del ‘Embodiment’, junto a desarrollos post-Junguianos a su práctica como analista Junguiana.


Mi historia en movimiento – deviniendo analista Junguiana

Mi relación con el movimiento, la dimensión somática, el juego y la imaginación tuvo sus huellas tempranas en mi vida. Soy hija de una bailarina y estando en el vientre de mi madre, ella bailaba en la primera compañía de danza contemporánea del Teatro San Martín, dirigida por Renate Shotellius. Pocos meses después de darme a luz ganó el premio a la mejor coreografía del año con “Cuento del Amor Burlado”. Crecí en estudios, entre clases, ensayos, teatros, jugando con mi hermano entre las escenografías, vestuarios y nuestras fantasías.

A mí me gustaba bailar, creando formas en mi imaginación. Fui a clases de danza y de expresión corporal con Graciela Concado, y todavía recuerdo una experiencia muy vívida, en la cual yo movía unas bolsas imaginarias, bailando la acción, sintiendo al mismo tiempo que realmente estaba haciendo aquello que mi cuerpo y mi movimiento evocaban. En ese espacio me sentía libre, allí podía ser.

Tiempo después, con apenas once años, comencé a aprender y a tomar clases del sistema de Fedora Aberstury. Pasaba una hora, caminando de una pared a la otra, colocando la lengua, repitiendo la frase, y sintiendo la energía en las yemas de mis dedos. Pasé a incorporar esta forma de trabajo como algo natural y orgánico. Sentía que la posibilidad de cerrar los ojos e imaginarme o percibir mi cuerpo desde adentro era algo que nos sucedía a todos.

Amaba también bailar con los ojos cerrados en la naturaleza; allí también me sentía libre, y creo ahora que ese estado de libertad y comunión, desde el cuerpo mismo, fueron parte de mis primeras vivencias espirituales.

Varios años más tarde, desarrollando una carrera deportiva, trataba de incluir en mis entrenamientos lo aprendido en las clases de trabajo corporal. Ardua tarea de integrar dos mundos y dos perspectivas respecto al movimiento tan lejanas una de la otra. Viví ambos mundos con intensidad durante mucho tiempo, yendo de las clases de danza y composición, a los entrenamientos, a la escuela de técnicas corporales de Nusha Teller, al profesorado, a las clases de teatro con Roberto Saiz.

Sentía una búsqueda, y la misma iba de la mano del movimiento, pero aún no tenía palabras para explicarla o comprenderla.

Ya por ese entonces, hubo en mi vida otra influencia muy importante. La presencia de Fidel Moccio, médico psiquiatra y psicodramatista, su seriedad, su humildad, su entrega apasionada a ir siempre un poco más allá, su posibilidad de transgredir límites y convenciones, su espíritu creador.

Fidel trabajó junto a mi madre, Beatriz Amábile, durante veinte largos años, desarrollando inicialmente el Taller de Terapias Expresivas y luego la Escuela de Creatividad. Tuve el privilegio de recibir sus enseñanzas, tanto en los primeros talleres y cursos, como en las charlas de sobremesa, en tardes y noches de fogones en el tigre, y en los innumerables momentos en los cuales la creatividad de ambos se filtraba y derramaba agitando las aguas cotidianas conocidas.

Aprendí de Fidel, sobre todo el valor de la pregunta, y el coraje para poder hacerla más allá de toda respuesta.

Gradualmente, el movimiento se volvió para mí la puerta a otro mundo, a ese misterioso mundo interno de la imaginación, sensaciones y emociones, de aquello que no entendemos pero sabemos que existe.

Buscando entonces el puente entre el cuerpo y la psique, viajé a Estados Unidos a estudiar Dance Movement Therapy en la Universidad de California, East Bay. Fue fascinante descubrir que aquello que tanto me atraía ya había sido desarrollado y formaba parte de una profesión, danza movimiento terapia, la cual contaba con programas de estudio en numerosas universidades a través de todo el país.

Tuve nuevamente el privilegio de conocer y estudiar con grandes maestras; grandes, no solo por sus conocimientos, sino por la actitud y generosidad con las cuales éstos eran ofrecidos, por la sencillez y la entrega, propias del que realmente sabe.

Cuando por primera vez fui introducida a la forma de Movimiento Auténtico, de la mano de Neala Haze, sentí que había llegado a casa. Allí otra vez, recuperaba esa experiencia de libertad, esa posibilidad de ser. Supe entonces que acababa de encontrar aquello que había ido a buscar, y dediqué los cuatro años siguientes al estudio intensivo de esta disciplina.

Formé parte del tercer grupo de entrenamiento de Janet Adler, asistí a los seminarios intensivos, y también trabajé con ella individualmente. Fui moviente y testigo junto a mi grupo de pares semanalmente, e integraba mis experiencias en movimiento auténtico en mi trabajo analítico con Tina Stromsted. Consulté y supervisé con Joan Chodorow. Fueron cinco años largos e intensos, en los cuales el descenso en mi cuerpo, la invitación a experimentar el movimiento no desde lo ya sabido, sino desde la escucha y lo aún por descubrir, me condujeron al encuentro de una realidad intuída pero nunca conocida, e inconmensurable en su profundidad.

Completé mi graduación en dance movement therapy con una tesis sobre Movimiento Auténtico, más específicamente: The Bridge: A Comparative Study on the Impact of a Trascendent Experience on Conscious Personality.

Necesité otros cinco años viviendo en contacto directo con la naturaleza para poder enraizar – to ground – aquel proceso iniciado en 1989 a través de la práctica de Movimiento Auténtico.

Como consecuencia natural fue surgiendo nuevamente la necesidad de continuar profundizando mi comprensión respecto a los procesos psíquicos y su manifestación física y simbólica. Esto me condujo a realizar estudios de grado en Psicología en la Universidad de Buenos Aires y de postgrado en psicoterapia clínica con orientación analítica en la Universidad Católica de Montevideo, Uruguay, y casi como una consecuencia natural, a completar también la formación como analista Junguiana, miembro individual de la IAAP (Asociación Internacional de Psicología Analítica). Otros diez largos años de nuevos aprendizajes, profundización, enriquecimiento y también encuentro con la generosidad de nuevos referentes, maestros, colegas del ámbito de la psicología junguiana a nivel nacional e internacional.

Cuando comencé mi práctica en Movimiento Auténtico, mi cuerpo recordó la experiencia vivida y aprendida a través del sistema de Fedora Aberastury. Mirando desde acá, veo las mismas huellas presentes en mi danza cargando bolsas imaginarias, o moviéndome con los ojos cerrados a orillas del río entre los árboles.

Poder experimentar el movimiento que emerge más allá de mi voluntad, decisión o control me devolvió a los lugares sentidos de mi historia, a esa experiencia tan propia de nuestra naturaleza y tan olvidada también, a la posibilidad del contacto o encuentro directo con aquella realidad misteriosa que nos abraca, contiene y también trasciende. Luego de muchos años ya, de ser testigo del movimiento visible e invisible, del alma-cuerpo de pacientes, en mi práctica como analista Junguiana, hoy me encuentro descubriendo y explorando el valor y el desafío de comunicar este trabajo, cuando el mismo muchas veces emerge desde aquello lugares en los cuales las palabras aún no han tenido acceso. Nuevos estudios, otros recorridos en el campo de las neurociencias afectivas, del Embodiment, de la psicología relacional, de investigaciones en desarrollo temprano, y estudios post-Junguianos acompañan hoy el devenir de esta nueva danza. Y así continuará …

Karin Fleischer

Marzo del 2007 /2015 /2023